sábado, 21 de noviembre de 2009

La Lectura como un factor indispensable en el proceso de enseñanza.


La lectura es un ejercicio intelectual de gran trascendencia en el ser humano, pues a partir de ella realiza diversos procesos mentales que favorecen su nivel cognitivo, además de abastecerlo de un amplio vocabulario y nuevos conocimientos.

>Planea una visita a la biblioteca de la escuela y coordina con la biblioteca comunitaria más cercana para que los niños la visiten periódicamente, habla previamente con el encargado para que durante la visita converse con los niños.
>Tu rincón de lectura en el aula renuévalo constantemente para que el interés de los niños se incremente.
>Implementa la técnica de “El Libro Viajero”, que consiste que, a partir de un registro de control, cada niño se pueda llevar a casa un libro para que lo lea en compañía de la familia.
>Léeles cuentos en voz alta de manera divertida con voces y gestos que los cautiven, puedes apoyarte de un guiñol, dibujos, plastilina o los mismos niños.
>Dales libertad para manipular los libros. Inferir el contenido a partir de imágenes a partir de preguntas agradables que lo inciten a elaborar una historia, evitando intimidarlo.
>Invita a padres u otro familiar a una mañana literaria, donde lo padres les cuenten algún cuentoa los alumnos o al revéz.
>Prepara una parodia con otras maestras sobre algún cuento que hayan leído en biblioteca.


Lo más importante es dejarles explorar y descubrir que los libros son una forma de llegar a otros espacios, así como una fuente de conomicientos , para lo cual debes mostrar entusiasmo al contarles las historias, al regalarles un libro o en el momento en el que ellos te cuentan a tí la historia.

Según la edad existen diferentes tipos de libros que permitirán desarrollar diferentes habilidades o conocimietnos, pero todos propiciar el trabajo de competencias como: infernecia, reflexión, relación de hechos, memorización, evoación, observación, imaginación.

El pedagogo italiano Francesco Tonucci que no le tiene miedo a imaginar soluciones posibles a la decadencia de la enseñanza en todo el mundo, prestigia el “milagro de la lectura”, como lo llama, por sobre muchas otras actividades escolares: “Leerles a los chicos 15 minutos por día es llevarlos al milagro de la lectura”. Y agrega otro pensamiento, fundamental para poner en marcha el acto educativo: “Un buen maestro es alguien a quien le gusta leer”.

El acto de leer, ya sea que uno escuche leer o lea para sí o en voz alta para otro, es aprendizaje y divertimento. Quien haya estado alguna vez en un aula sabe bien del estado de encantamiento en que caen los niños y adolescentes cuando se les lee un cuento. Pero para tener alumnos lectores, no basta sólo con un maestro lector. Es fundamental que en el hogar de esos niños haya padres lectores, que haya una pequeña biblioteca, que haya, en fin, esos objetos casi mágicos que son los libros. ¿Cómo puede un niño entender la importancia de leer si nunca ha visto a su padre hacerlo, si nunca ha deseado intensamente poder leer también él solo como lo hace su madre cuando le lee en voz alta?

Finalmente y en un sentido más idealista y positivo, el maestro Villa nos formuló la siguiente pregunta: ¿cómo escaparían de una carcel?, pues hubo diersas respuestas obvias y graciosas, pero el mensaje final era que la lectura puede ser un medio para escapar de nuestra propia forma de encarcelamiento.

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